. Érase una vez una niña, llena de fantasía, de imaginación, la llamaré Alejandra.

   Alejandra vivía en un pueblo chiquito, con sus casas apiñadas, blancas y las calles adornadas con macetas de mil colores.

   Cierra sus ojos y recuerda el olor a tierra mojada, a mermeladas, a espliego, al calor de la paja cortada, subida en un trillo, con su abuelo, sus tíos, siempre la llamaban y dejaban subir, eso sí... quedarse quietita, y vueltas y vueltas, y vueltas... que feliz se sentía..., allí con sus trenzas largas, y sin sombrero, le gustaba el sol que iba mas que dorando, enrojeciendo la piel suave de niña pequeña.

   Alejandra era inquieta, no tenía hermanos, siempre jugaba con los amigos y amigas del pueblo, jugaba al "chinchi-monete", a muñecas, a "las cuatro esquinas", a "policías y ladrones", jajaja, ella siempre quería ser ladrón, ¡que tensión, hasta que te encontraban...!.

   Un día buscando por armarios encontro un libro, sii, "Las mil y una noches", se supone que era para adultos. Pasaron unos dias y cuando tuvo oportunidad se fue al balcón, un balcón grande y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, apoyando la espalda contra la pared, pasaba sus manitas acariciándolo. Las tapas eran de color granate, de tela de hilo y las letras doradas.

   Levantó la mirada hacia el campo, todo era silencio, como siempre, sólo se oían los pájaros con sus vuelos, y el piar de las golondrinas bebés, que abrían la boquita y pedían la comida a sus padres, que las visitaban en un ir y venir de ralámpago.

   Alejandra abrió el libro y empezó a leer.

   Era un libro de fantasía, Polifemo con un solo ojo en la frente, Aladino y su lámpara, Alí Babá y los cuarenta ladrones.... etc... los cuentos que Sherezade le contaba al sultán.. y que ésta nunca acababa para poder seguir viviendo día tras día..

   Así un día y otro día, y esta niña, empezó a soñar, con libélulas que servían de transporte, con gnomos, hadas, y también con unicornios... Los imaginaba blancos como la nieve, y con un halo de luz de una transparencia sin igual, limpios, suaves..., seres fantásticos. La leyenda dice que es un símbolo, que representa fuerza, libertad, imaginación, sueños, ilusiones... el deseo de libertad, las ganas de soñar...

   Alejandra embebía todas las lecturas, y sabeis?, ahora ya es mayor, dejó de ser niña, pero creo que en su interior, nunca dejará de serlo, porque esta llena de inquietudes, de fantasías, de sueños y de libertad... y sonríe,sí, sigue sonriendo porque la vida continua, con los momentos tristes y alegres del día a día, pero, siempre siempre.... tiene su rinconcito, para seguir siendo niña...

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   Tal vez si tú eres una de esas personas en las que reina la ternura y paseas de cuando en cuando por las cercanías de algún bosque o de una playa y te parezca ver una luz extraña a lo lejos....

   Puede que sea algún rayo de sol reflejándose en un cuerno ... ¿por qué no?.

...¡Es tan bueno pensar que los sueños se pueden realizar! ...

...¿Por qué no?...