Érase una vez un matrimonio que tuvo un hijo muy chiquitito tan pequeño como un granito de arroz. Le pusieron por nombre Garbancito, pasó el tiempo...andaba y hablaba pero no crecía.
Un día estaba cocinando su mamá y le faltaba azafrán, lo oyó Garbancito y quiso ir a comprarlo, su mamá no quería, le decía, pero hijo mio, ¿no ves que la gente te pisara?, porque eres tan chiquitito que no te verá, y él empeñado le dijo cantaré una canción y la gente me verá y no me pisará... así que la mamá con sufrimiento le dijo que bien pero que tuviera mucho cuidado que no le pisaran. Cogió la moneda que le daba su mamá y salio de casa cantando...
"Pachim pacham pachóm, mucho cuidado con lo que haceís,
pachim pacham pachóm a Garbancito no piseísss"...
La gente se quedaba mirando la moneda como andaba sola... y se oía la voz de Garbancito, ¡pero llegó a la tienda!, compró el azafrán y regresó a casa todo contento y feliz, ...
Al día siguiente su mamá tenía que llevar la comida a su marido que estaba en el campo pero Garbancito quiso llevársela, tanto insistió que le dejó, y se fué cantando, al poquito se puso a llover, Garbancito fué corriendo y se cobijó debajo de una col, allí estaba cuando pasó un buey... se acercó a la col y se la comió de un bocado y con ella a Garbancito...
Su papá esperaba el almuerzo y al no llegar se fué a casa y su mujer le dijo que no había regresado su hijito. Salieron por las calles buscándolo y le llamaban a gritos...¡Garbancitooo!...¿donde estasss? ¡Garbancitooo!...¿donde estasss?... así una y otra vezz... al cabo del rato se oyó una vocecita, que decía ... "¡En la panza del buey! ¡donde no nieva ni llueve!.
Todo el pueblo se puso contento y estaban alrededor del buey, cuando Garbancito salió por el ombliguito...
Todo el pueblo quedó invitado para festejarlo e hicieron una comida en la plaza y todos fueron muy felices y colorin colorado...este cuento se ha acabado...
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