
Hubo una vez unos duendecitos que vivían en un lindo bosque. Su casita pudo haber sido un primor, si se hubieran ocupado de limpiarla. Pero como eran muy holgazanes ... todo estaba sucio.
Un día se les apareció la Reina de las hadas y les dijo:
Os voy a mandar a la bruja Renegona, para que controle vuestra casa...
Y al fin llegó la bruja Renegona montada en su escoba.
Llevaba diez pares de gafas para ver mejor las motas de polvo y empezó a gritar y enfadarse con los duendecitos, éstos como eran muy perezosos le pidieron al mago Cejasgordas, que los convirtiera en aves...el mago, frunciendo el ceño, sacó unos polvos mágicos de su mochila y ni corto ni perezoso, ¡zas!, todos convertidos en pajaritos de mil colores...creían que así evitaban el tener que limpiar...y se fueron por el aire batiendo las alas y disfrutando de la libertad...pero, ocurrió que cuando llegó el frío, no sabían donde ir, y regresaron a la casita aleteando sus alas, contentos y alborozados, llenos de risas....y pensando que volverían a tener comida, refugio, y poder tener cobijo...y...¡sorpresa!, se encontraron con que su casita, estaba ocupada por otros duendecillos, limpios, trabajadores y ordenados... y la bruja "Renegona", les echó.
Siguen volando y expuestos al frío, al hambre por haber sido perezosos.
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